Imagina una flor única, rara, hermosa; que posee la delicadeza de la rosa combinada con la chispa y frescura de especias como el jengibre. Que mantiene sus pétalos lozanos y aterciopelados como la piel del durazno, tal vez a causa del fresco rocío que siempre la riega o porque sus raíces fuertes y profundas como el vetiver, la nutren y la mantienen viva. Como esta flor, así es esta fragancia… única, rara, hermosa, delicada, fresca, energizante, viva!